Este retraso no supondría en principio ningún problema para mantener el calendario de tramitación que busca el PP, que tiene el objetivo de aprobar el texto a mediados de mayo en la Cámara Baja para poder remitirlo entonces al Senado y que entre en vigor de forma definitiva antes de junio.

Así, tras el debate de las enmiendas de totalidad que tendrá lugar este jueves en sesión plenaria, la previsión es que las enmiendas que presenten los grupos se discutan en ponencia y comisión en las próximas semanas para que el dictamen se eleve al Pleno del Congreso el 17 de mayo para aprobación y remisión al Senado, que debería tramitarlo en las dos semanas siguientes.

Sin la opinión de los sindicatos

Este apretado calendario, condicionado al de los Presupuestos Generales, que tienen prioridad en la Cámara Baja, va a impedir la comparecencia de los agentes sociales en la Cámara Baja para dar su punto de vista sobre la reforma y los cambios que deberían introducirse.

Esta petición del PSOE ya ha sido rechazada dos veces por el PP (la última este mismo martes) y se volverá a debatir por última vez en la Comisión de Empleo a finales de abril, cuando las enmiendas parciales ya estén presentadas y el proyecto esté en su recta final.