La propuesta de reforma, recogida por Europa Press, recoge también la necesidad de elevar la cuantía de los tramos de la tarifa del impuesto, así como gravar la base del ahorro a un tipo fijo de entre el 10% y el 20%, entre diez y cinco puntos porcentuales por debajo del tipo de gravamen aplicable al Impuesto de Sociedades, situado en el 25% para las pymes y el 30% para las grandes empresas.

Los asesores fiscales también apuestan, con objeto de simplificar y aliviar al máximo el impuesto, por reducir las actuales deducciones del impuesto, tanto estatales como autonómicas, con las siguientes excepciones: mantener las deducciones en actividades económicas y la de doble imposición internacional.

Igualmente, con la finalidad de fomentar la natalidad, se propone convertir la actual deducción por madre trabajadora en una deducción por nacimiento de hijo, articulándola a través de un mecanismo de devolución de las cantidades que no se hubieran podido aplicar por insuficiencia de cuota.

Elevar mínimos exentos

Aedaf también propone un modelo de IRPF basado en el establecimiento de mínimos exentos (personal y familiar) elevados, de forma que queden así cubiertas las necesidades vitales, tanto del sujeto pasivo como de su familia, lo que conllevaría una eliminación de las deducciones de carácter familiar, tanto las de carácter estatal como las establecidas por las comunidades autónomas.

Al mismo tiempo, los asesores fiscales recomiendan elevar estos mínimos exentos en atención a compensar las cargas familiares efectivas reales, puesto que consideran que las cantidades fijadas actualmente no cumplen este objetivo.

En cuanto al tratamiento de las rentas de capital inmobiliario, Aedaf propone eliminar como categoría de renta la imputación de rentas inmobiliarias, bajo la premisa de que actualmente se está gravando bajo esta fórmula una renta presunta que resulta inexistente o ficticia y que no se corresponde con una fuente real de renta.

Además, piden que las rentas procedentes de inmuebles arrendados deben tener la consideración de rendimientos de actividades económicas o, en todo caso, que se puedan integrar en la base imponible del ahorro, así como las plusvalías generadas por la transmisión de inmuebles que, según Aedaf, deben tributar como ganancias de patrimonio e incluirlas también en la base del ahorro, con independencia de su periodo de generación.

Rebajar sociedades y suprimir deducciones

En cuanto a la reforma del Impuesto de Sociedades, los asesores fiscales apuestan por reducir el tipo de gravamen del tributo, situado en el 30% para las grandes empresas, y acercarlo a los países del entorno, con el fin de lograr un impuesto más sencillo, neutro, fácil de gestionar y que proporcione un alto grado de seguridad jurídica. Asimismo, quieren reducir y simplificar las deducciones e incentivos fiscales.

Simplificar las reglas de cálculo de la base imponible del impuesto y acercar la misma al resultado contable, así como reducir las cargas fiscales indirectas soportadas a la hora de presentar dicho impuesto son otras de las propuestas de Aedaf.

Los asesores fiscales también apuestan por armonizar las medidas a introducir en el Impuesto de Sociedades con aquellas a introducir a efectos del IRPF, con el objetivo de evitar un gravamen conjunto por ambos impuestos excesivo y facilitar la eliminación de la doble imposición.

Por último, proponen desarrollar una batería de incentivos fiscales orientados a atraer capitales extranjeros y para favorecer la inversión en actividad productiva, la autofinanciación, la creación de empleo, la protección del medio ambiento o las actividades en I+D+i, al tiempo que apuestan por eliminar las limitaciones a la deducibilidad de determinados gastos, como los financieros o las amortizaciones.